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Unknown ,
lunes, 25 de septiembre de 2017
12:59
7 de diciembre 1942
Damián
Hola cariño
En este día soleado repantigada en mi asiento he decidido
escribirte esta carta, en ella quiero contarte un poco acerca de lo que ha
sucedido este año que no has estado espero estés bien, te quiero mucho, llevo
tiempo sin saber de ti.
Hace un año que los japoneses atacaron la base naval. Aún recuerdo
esos momentos como si hubiera ocurrido ayer, era tipo 7 de la mañana cuando todo
empezó, al principio se creyó que estaban en entrenamiento los chicos, luego de
un rato dieron aviso de que la base estaba siendo atacada por los japoneses. Todo
era un caos los hospitales no daban abasto en ese momento dese tanto tener el
don de la ubicuidad para poder ayudar a tantos heridos me destrozaba ver tanta
gente inocente morir cada segundo, sin la aquiescencia del jefe decidí ir hacia
la entrada del hospital a socorrer a las personas. Veía caer p-40 derribados
por los japoneses, el presidente al otro día declaro el estado de guerra hacia
el imperio de Japón, no encontraba por ningún lado a mis compañeros, tenía
mucho miedo parecía que las desgracias se concatenaban.
El ataque japonés destruyo por completo la ancora, los ocho
acorazados, se perdieron muchas nave e incontables vidas. Pasaron los días la
base se recuperaba, pero nada era lo mismo.
Luego de unos días una tarde me encontré con una compañera
que estuvo conmigo ese día atendiendo a los heridos en la entrada del hospital,
la encontré muy bien, me conto que encontró una persona que la ayudo bastante
luego de lo sucedido y que con el tiempo entroncaron una muy buena relación. Me
dijo que la acompañara a una obra de teatro esa noche llamada “el primer interregno
de los mil años” para distraernos le dije que no, que tenía muchas cosas por
hacer, aunque le mentí la verdad no quería ir, estaba muy cansada solo quería llegar
a casa. Esa noche llegue a casa bebí una copa de vino prendí el televisor vi
una película sobre un atleta y su supuesta pértiga mágica que lo hizo llegar o
ganar o ser el mejor algo así, pero me pareció muy aburrida así que fui a sacar
a… ¡es que se me olvidaba contarte adopte un perro de raza rottweiler! Le puse
por nombre rafe es divino, bueno
entonces saqué a rafe a dar un paseo jugamos un rato en el parque con una
pelota de color lila es su favorita, luego volví y te hice una tricota de tu
color favorito, pero te la daré solo si prometes que al volver me regalaras
esas notas de piano con acompañamiento de arpegios que tanto me gustaban
escuchar.
Está haciendo un lindo día así que iré a sacar a rafe a dar
una vuelta.
Hasta pronto un fuerte abrazo espero vuelvas pronto.
Con cariño tu amada.
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