Había una vez en Wellington,
en una lujosa casa cerca a la playa, un joven de 19 años llamado Ethan el cual
era millonario, imberbe, astuto, inteligente, timorato, noble y nada parecido a sus padres, ya que a
él no le importaba lo material. Este vivía con su hermana menor Alicia de 16 años
y con sus padres Joseph y Ana, aparte de los empleados que allí también vivían.
Un día él se encontraba sentado
en el sofá de su sala, cuando vio entrar a su padre a su oficina furioso por un
motivo que este desconocía, entonces Ethan decidió preguntarle a su padre la
razón de porqué éste estaba de esa manera; así que entró a la oficina de su
padre, y sin tapujos le preguntó a su papá, y su padre no le respondió
absolutamente nada, sino que, simplemente lo miró directamente a los ojos verbigracia cuando un depredador mira a su presa, y
viendo que estaba muy alterado su padre, Ethan se alejó y con esa duda que
crecía cada vez más por saber por qué su padre estaba de esa manera, empezó a
investigar sobre por qué de su enojo. Tardó aproximadamente tres horas para darse cuenta que lo que tenía su papá, era que estaba preocupado y
angustiado, porque había cometido el delito de lavado de dinero por medio
de su empresa, y sabía que lo podían meter preso a la cárcel. Aún así Ethan
después de enterase sobre este problema se rehusaba creer que papá hubiera hecho
semejante cosa, y decidió buscar las pistas posibles para demostrar que su papá
Joseph era inocente.
Al no encontrar nada para
ayudar a su papá, Ethan tuvo que aceptar que verdaderamente su papá era culpable
tras haberlo confirmado al escuchar a sus padres hablar sobre este tema, y como Joseph soslayó este problema por tantos años pensando que era
una fruslería, y que hizo esto porque su empresa
otrora fue una muy prospera y unos años para acá
esta empezó a decaer, y sin darse cuenta de un momento para otro incardinó a más personas a este asunto, haciendo de
este problema cada vez peor y que personas inocentes estuvieran viéndose
perjudicadas.
Ethan al enterarse de todo esto, supo que esta lucha sería tan fútil como ridícula, no cabe duda de que las consecuencias de las acciones que tomó su papá dejarían una huella indeleble en su vida y en la de su familia por algún tiempo; pero que aún así debía mantenerse incólume junto a su familia en ese momento y durante todo lo que viniera para sus vidas.